Navidad.
Esa época del año en la cual la felicidad lo invade absolutamente todo. Las familias se reunen en sus casas. Familiares lejanos viajan hasta sus hogares a juntarse con sus seres más queridos. Todo felicidad. Sin embargo, en lo personal, me causa cierta animadversión ya que odio reunirme con mi familia. Ellos nunca me han tratado bien, siempre me dejaron de lado y me calificaron como la oveja negra de la familia. ¿Por qué? ¿Por ser diferente a ellos? ¿Por ser diferente a los demás? Deseaba encontrar una respuesta a todas esas interrogantes que brotaban en mi mente, mas por mucho que quisiera, no la encontraba. Y para más inri, mi actual pareja parecía que no gustaba ni a mis padres ni al resto de mis familiares. Otro asunto que no comprendía tampoco. Él es una persona completamente normal y jamás me trata mal, es más, me colma de regalos y es extremadamente atento conmigo. De ninguna de las maneras permitiría que nadie me hiciese daño. Nadie.